-Un huevo cocido pelado.
- Una botella con un cuello ligeramente más pequeño que el huevo.
- 3 ó 4 cerillas.
- Alcohol Etílico
- Mechero bunsen.
Procedimiento:
-Ponemos el huevo en la boca de la botella para comprobar que es imposible introducirlo sin romperlo.
- Echamos el alcohol etílico y lo esparcimos por la botella.
-Ahora cogemos con una mano el huevo y con la otra las cerillas.
-Encendemos las 3/4 cerillas y las metemos dentro de la botella. En cuanto las soltemos, hemos de poner rápidamente el huevo sobre la boca.
¿ Qué ocurre?
Poco a poco veremos cómo el huevo va introduciéndose en la botella modificando su forma hasta que finalmente cae dentro.
¿Cómo lo sacamos?
Calentamos la botella, con el mechero Bunsen y la ponemos boca abajo y el huevo sale.
Explicación:
El fuego necesita oxígeno para su combustión. Es por esto que, al
tapar la botella con el huevo, las cerillas dejan de recibir oxígeno y,
cuando acaban con el que hay en el interior, se apagan. Esto hace que
se produzca una disminución de la temperatura dentro de la botella que hará que el aire esté a menor presión.
El aire que se encuentra fuera de la botella, por tanto, ejercerá una
mayor presión que el que se encuentra dentro y empujará al huevo hacia
su interior. El huevo, gracias a la flexibilidad que le ha proporcionado la cocción, podrá fácilmente modificar su forma para introducirse poco a poco en la botella sin romperse.